El día 22 de octubre Salmorejo y Canica se acercaron al pueblo de Caniles para enseñarles a los alumnos del colegio Juan XXIII lo divertido que es leer un libro.
A pesar de que el viaje era largo, lo hicimos con la ilusión de comenzar una nueva andadura en este curso escolar y se nos hizo más corto de lo que esperábamos. Tanto los vecinos del pueblo (con su ayuda para encontrar el colegio) como las maestras nos acogieron con alegría.
Mientras montábamos la escenografía cada niño, niña y maestro que pasaba por nuestro lado nos preguntaba "¿Para qué curso es? ¿Nosotros podemos venir?". Qué bien sienta para una compañía como la nuestra el interés que muestran por nuestro trabajo y por el de nuestros compañeros de profesión.
La representación se realizó tal y como se ensayó y los asistentes al espectáculo disfrutaron de lo lindo con los cuentos. Estaban deseosos de participar de ellos e incluso pedían más al grito de "¡Otro, otro!" Pero la obra llegó a su fin, saludamos tanto a los niños y niñas como a las maestras asistentes y nos despedimos con la promesa de volver en otra ocasión.
Tenemos que agradecer a Luisa, la directora del colegio, por su ayuda e interés. A Carmen, la bibliotecaria, por confiar en nuestro trabajo y organizarlo todo. Y por supuesto, a los trabajadores del colegio por su ayuda inmediata y su amabilidad.
Ahora ya sólo nos queda preparar las siguientes representaciones. ¡Próxima parada, Guadix!
A pesar de que el viaje era largo, lo hicimos con la ilusión de comenzar una nueva andadura en este curso escolar y se nos hizo más corto de lo que esperábamos. Tanto los vecinos del pueblo (con su ayuda para encontrar el colegio) como las maestras nos acogieron con alegría.
Mientras montábamos la escenografía cada niño, niña y maestro que pasaba por nuestro lado nos preguntaba "¿Para qué curso es? ¿Nosotros podemos venir?". Qué bien sienta para una compañía como la nuestra el interés que muestran por nuestro trabajo y por el de nuestros compañeros de profesión.
La representación se realizó tal y como se ensayó y los asistentes al espectáculo disfrutaron de lo lindo con los cuentos. Estaban deseosos de participar de ellos e incluso pedían más al grito de "¡Otro, otro!" Pero la obra llegó a su fin, saludamos tanto a los niños y niñas como a las maestras asistentes y nos despedimos con la promesa de volver en otra ocasión.
Tenemos que agradecer a Luisa, la directora del colegio, por su ayuda e interés. A Carmen, la bibliotecaria, por confiar en nuestro trabajo y organizarlo todo. Y por supuesto, a los trabajadores del colegio por su ayuda inmediata y su amabilidad.
Ahora ya sólo nos queda preparar las siguientes representaciones. ¡Próxima parada, Guadix!
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