viernes, 28 de enero de 2011

Los Piratas toman el Parque de los Pitufos


Un frío sábado de enero. Un parque de la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache. Un barco pirata destinado para servir de disfrute y diversión de los niños. Barco pirata que fue donado por una vieja tripulación que ha decidido abandonar los peligrosos y enigmáticos siete mares para dedicarse a otros menesteres. Sin embargo antes de abandonar para siempre su labor acompañaron a los niños en la inauguración y botadura de este fantástico parque y de su emblemática nave respectivamente.


Tras unas palabras del alcalde se procedió a descubrir la placa con el nombre que se le había dado al barco, "Crucero Pitufero", elegido a través de un concurso en el que participaban los niños del pueblo, y posteriormente se cortó la emblemática cinta azul con el que quedaba inaugurado de forma oficial en Parque y su zona de diversión.


El escuadrón pirata repartió camisetas alusivas al parque entre los niños y padres que acudieron al evento. Todos obtuvieron una y algunos de ellos no dudaron en ponérsela inmediatamente. Pero lo que realmente estaban esperando con afán era provar, disfrutar, jugar, corretear por aquel fantástico barco que había "encallado" en medio del Parque de los Pitufos. Repleto de toboganes, pasarelas, escalerillas, escondites hizo la delicia de los más pequeños. Mientras, los simpáticos tripulantes maquillaban con parches y bigotillos al más puro estilo pirata; otros regalaban sables realizados con globos de distintos colores; los demás jugaban con los niños encima de la embarcación.


Una mañana inolvidable y que esperamos sirva de punto de partida para muchas otras que se vivirán a bordo de el gran Crucero Pitufero.

jueves, 27 de enero de 2011

Los Reyes Magos de Oriente en Alcalá

El día 29 de diciembre, en Alcalá del Río pudieron disfrutar de los Reyes Magos de Oriente antes de tiempo. Teatronomía les acercó al público contando su historia. La historia de los Reyes antes incluso de ser Magos. Cuando los príncipes Melchor, Gaspar y Baltasar empezaban a conocer el mundo.
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Melchor disfrutaba de los libros que su padre guardaba en la biblioteca, pensaba que en ellos se hallaba la mayor de las sabidurías: La paz entre los pueblos.
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Gaspar buscaba esa misma máxima en las estrellas. Creía que todos los hechos históricos y los que estaban por venir estaban escritos en el firmamento.
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A Baltasar le enseñaron a conocer la naturaleza, lo que nos da y lo que podemos hacer por ella. A través de ella llegaba a conocer el comportamiento humano.
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Gracias a los libros, a las estrellas y a la naturaleza los tres descubren que un hecho histórico va a tener lugar en Belén y se ponen en camino para ser espectadores de excepción. Melchor, Gaspar y Baltasar se encuentran antes de llegar y ahí comienza una historia emocionante y poética que nos trasladará 2.000 años atrás.
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Hemos de agradecer a David, técnico de Cultura de Alcalá su gran acogida y amistad. Y gracias también a todos los espectadores que vinieron a disfrutar con nosotros de esta magnífica historia.
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Volveremos tras las vacaciones de Navidad.

Cartero Real


Cómo canta el villancico popular, "Ya vienen los Reyes Magos, ya vienen los Reyes Magos...." pero antes de que esto se produjera, acudió a su cita con los niños sevillanos el enviado de sus Majestades los Magos de Oriente, el Cartero Real. El lugar elegido fue el Centro Cívido "El Tejar del Mellizo" en el barrio de Los Remedios. Todo estaba listo para recibir con los honores que se merece a tan distinguida visita. Un asiento digno y decorado ricamente para la ocasión, un rótulo atrayente y acorde, coloridas telas y cómo no, el inconfundible saco en el que el Cartero Real va almacenando las cartas dirigidas a los célebres Reyes Magos.


Antes de su aparición animó la espera un maravilloso grupo flamenco que interpretó algunos de los más famosos villancicos de nuestra tierra. Tras ellos, y presentado a bombo y platillo, apareció el esperado Cartero Real. Los niños ( y no tan niños ) le dieron la bienvenida con un caluroso aplauso y tras un discurso en el que agradecía la presencia de padres e hijos así cómo pronunciaba unas palabras dictadas expresamente para la ocasión por los Tres Reyes Magos, el Emisario se dispuso diligente a recibir de manos de los propios niños las cartas en las que tanta ilusión habían depositado. Cada uno de ellos le confesaba al mismísimo Cartero Real cómo se habían portado a lo largo del año, cuál era su Rey preferido y algunos de los regalos que en la carta entregada habían solicitado. Todo ello, seguido y oído con suma atención por el enviado real.


Una vez entregadas las cartas, los niños podían disfrutar de una serie de talleres que se habían ideado para hacer aún más divertida aquella mañana. En ellos podían crear con sus propias manos y ayudados por unos simpáticos monitores, unos móviles para colgarlos en la habitación de cada niño con las coronas de los Reyes Magos como punto significativo. Igualmente, en otro de estos talleres, tras colorear unas siluetas con motivos navideños y referentes a Melchor, Gaspar y Baltasar, los niños debían escribir un deseo "no material" y colgarlo en un mural al que llamaron "Camino de los Deseos".


Una mañana llena de emociones e ilusiones contenidas a la espera del día, quizá, más esperado por los niños: el día de Reyes.